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Shanghái nació como el asentamiento de un grupo de poblaciones chinas que huían del avance mongol durante el período 960-1126 a. C. Casi dos mil años después, su importancia creció volviéndose un espacio central en el período de apertura de China a Occidente.
En la actualidad es la metrópolis más grande de China y la octava ciudad más grande del mundo y, tal vez, un destino ligeramente sobrecogedor para un turista primerizo. Una opción interesante para enfrentar la visita a esta metrópolis es organizar el recorrido de forma cronológica, e ir avanzando desde el área imperial, a la etapa colonial europea y terminar en el período contemporáneo.
El período imperial estuvo signado por la dinastía Ming (1368-1644 d.C), dinastía que lideró una época de crecimiento económico y esplendor cultural. La clave del esplendor fue también la razón de su caída. El crecimiento comercial chino llevo a los primeros contactos comerciales entre China las potencias europeas y Japón, contactos que pusieron en evidencia la debilidad del país, provocaron la caída de su economía y el resquebrajamiento del poder imperial. En 1644 una rebelión popular puso fin a la agonía.
Las marcas de este período se encuentran latentes en el distrito de Puxi, y particularmente en el Yuyuan Garden, un jardín privado tradicional de estilo Ming construido en 1559 y abierto al público en 1961. Están situados en el centro histórico de la ciudad y han sido restaurados en varias ocasiones debido a que, entre otras cosas, fueron saqueados en el siglo XIX por colonialistas occidentales
La segunda etapa está marcada por la etapa colonial europea. El punto obligado en este recorrido es la zona del Bund, situada a orillas del río Huangpu, justo enfrente del barrio de Pudong que se prolonga por más de 1,5 kilómetros. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la zona del Bund fue uno de los mayores centros financieros de Asia. En ella se ubicaban los bancos y las embajadas de los gobiernos extranjeros de países como Gran Bretaña, Francia, Alemania, Japón o Bélgica. En conjunto son 52 edificios de estilos que van desde el clásico al renacentista. Otro lugar que vale la pena visitar es La Plaza del Pueblo que se erige en el antiguo hipódromo de la ciudad y en donde se encuentran el Gran Teatro de Shanghái, el Salón de Exposiciones de Planificación Urbanística, el Edificio Gubernamental y el Museo de Shanghái. Pero a no desesperarse, esta área también está idealmente ubicada para aquellos que buscan una experiencia menos histórica y más material. Ya que una de las calles que desembocan en la plaza es la mítica y peatonal Nanjing, en los que se dan cita numerosas tiendas y comercios.
La tercera etapa, la unificación de China, la Republica Popular y la apertura al mundo. En la primer parte de este período se suceden cambios constantes en el poder, debilitamientos en la unidad nacional que impiden poner resistencia a la invasión japonesa en 1937. El triunfo, en 1945, por las facciones populares lideradas por Mao Tse-Tung marca el final del dominio extranjero. Japón abandona sus conquistas en Asia, y China recupera Manchuria y Taiwán y Mao establece la República Popular China. Hasta su muerte en 1976, Mao fue el líder máximo de China, y su gobierno estuvo marcado por profundas conmociones sociales y políticas. Tras su muerte, Deng Xiaoping inició un proceso de reformas económicas y apertura comercial al resto del mundo. Desde entonces, la economía china ha conseguido crecer a un ritmo espectacular y con estas reformas, Shanghái experimentó un espectacular crecimiento financiero y turístico. Actualmente es el mayor puerto del mundo por número de mercancías. Símbolos de este período en Shanghái son el área que se entiende desde el rio Huangpu hasta Pudong (centro financiero y comercial de China). El Oriental Pearl Tower, brinda una excelente vista aérea de la ciudad, mientras que las orillas del río son otro excelente punto para contemplar la ciudad.
Hay numerosos lugares de hospedaje en Shanghái, pero es importante saber que el área de Pudong puede resultar más conveniente para aquellas personas que realizan viajes de negocios. De forma similar, un sinfín de opciones de comidas se encuentran disponibles a lo largo del territorio de Shanghái, desde deliciosas opciones de comida en la calle Wujiang, como costosos espacios en Xintiandi.
En China se celebran un sinnúmero de festivales, y es una buena opción hacer que el viaje coincida con alguno de ellos, especialmente para personas que prefieren tener un contacto profundo con la cultura china. Sin embargo, es aconsejable no ir durante el Festival de la Primavera (Año Nuevo Chino) en Febrero porque la mayoría de los lugares están cerrados y el trasporte público está saturado con todo el mundo volviendo a casa por las celebraciones.
1ª de Enero (Calendario Lunar): Año Nuevo chino o Fiesta de la Primavera.
15 de Enero (Calendario Lunar): Todo el país celebra la Fiesta de las Linternas, se cuelgan linternas en las calles y en las casas.
8 de Febrero (Calendario Lunar): la extraña celebración de La fiesta de la escalera de espadas. Esta es una fiesta tradicional de la minoría de los Lisu en la tiene lugar la escalada de postes de unos 20 metros de altura, lo curioso del ascenso es que cada uno de los escalones es el filo de una espada.
13 de Febrero (Calendario Lunar): el Festival de Pipas y Flautas. La minoría de los Miao en el sudeste celebran un festival de música que se prolonga por tres días. Un mes y medio después, el 8 de Abril (Calendario Lunar) esta minoría celebra el Ocho del Cuatro un festival en los que diferentes aldeas despliegan sus mayores virtudes en el campo del canto, el baile, la acrobacia, etc.
29 de Mayo (Calendario Lunar): el Festival Danu protagonizado por los Yao de Guangxi. La minoría se reúne en la pradera con sus mejores ropas, al son de tambores y címbalos y cantan y bailan sus danzas típicas.
15 de Agosto (Calendario Lunar): se celebra el Festival del Medio Otoño. Toda China festeja en esta fecha siguiendo las prácticas ancestrales de fiestas de cosecha.
9 de Septiembre (Calendario Lunar): El país celebra la Fiesta del Doble Nueve y buscando escapar a la mala suerte se bebe vino en abundancia.
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
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