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El Zoo de Singapur ha sido elegido el más bello de Asia en muchas ocasiones, con una superficie de 28 hectáreas posee un centenar de especies de animales y un porcentaje de ellas están dentro la lista en riesgo de extinción. La oportunidad de convivir por un día con orangutanes y otros animales de película de manera muy cercana.
El Zoológico de Singapur abrió sus puertas en el año 1.973 luego de ser construido con una inversión de más de 9 millones de dólares. La administración está en manos de la institución «Reservas de vida silvestre en Singapur». Junto con otros parques, como el Jurong Bird Park, constituyen los principales centros de conservación y exposición de animales gestionadas por el grupo.
Una de las zonas más admiradas por los pequeños y muchos grandes amantes de los animales extintos, es la ‘megafauna’. Se trata de una superficie ambientada especialmente para los grandes animales descendientes de dinosaurios y otros gigantes que deambularon por la tierra. Para nombrar algunos de los que podremos encontrar: Mamut lanudo, elefante asiático, gato dientes de sable y otros.
Los orangutanes son los simios más simpáticos que podamos imaginar y en el Zoo de Singapur se llevan gran parte del protagonismo. Además de conocer sobre su estilo de vida, su alimentación y comportamiento durante las etapas de desarrollo, encontramos familias enteras de orangutanes. Incluso, pagando un ticket también tenemos la oportunidad de desayunar en su compañía. ¿Serán buenos anfitriones?
El bosque frágil es otra de las grandes experiencias para deleitarse. Toda la vida silvestre está a tu espera en estos miles de metros cúbicos de selva tropical. Anfibios, palomas coronadas, loros de diversas especies, el famoso tamarín león dorado y muchos otros autóctonos y no tanto se cruzan a tu camino y se convierten en testigos de tu paseo.
El Treetops Trail es una muestra al aire libre de animales de diversos tamaños que conviven como en su ámbito natural. Es indispensable estar predispuesto a que todos los sentidos se movilicen y lo más probable que lo primero que se detecte sea un llamado del siamang. Mientras saltan de rama en rama emiten sus fuertes sonidos llegando a los oídos de todos.
Además del paseo clásico en cualquier zoológico en el cual se ven los diferentes animales y se toman fotografías, aquí hay más opciones. Podemos alimentar a jirafas, monos, patos o aquellos preferidos y dispuestos a almorzar. Se genera entre visitantes y lugareños encuentros muy divertidos e irrepetibles.
Los leones marinos brindan su espectáculo acuático para la admiración de todos. Danza, natación, acrobacia y mucha simpatía son las que garantizan un show único y entretenido para toda la familia.
Asimismo, una jornada de caminata puede ser agotadora, por lo que en las instalaciones se encuentra un local para cenar. Lo positivo es que hay menúes a base de carnes, mariscos, platos vegetarianos y recetas para todos los gustos. Claro está que los dulces tampoco faltan en el Zoo de Singapur.
Es muy sencillo de encontrar y existen varias líneas de transporte público y conexiones entre MTR y autobuses. Lo más sencillo es ir en autobús urbano cuyo trayecto tiene una demora aproximada de una hora. Los que estén dispuestos a invertir un poco más pueden tomar un taxi.
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
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