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En el Valle de Liébana está la Hermida uno de los cañones más largos de la Península Ibérica. Este escarpado desfiladero de 21 km de largo marca el límite de los picos de Europa. En su interior discurre el río Deva flanqueado por grandes paredones casi verticales de roca caliza que alcanzan unos 600 metros de altura.
La primera vía transitable a través del desfiladero se creó en el año 1863. La misma comunicaba de forma natural la ría de Tina Mayor con la comarca cántabra de Liébana.
Desde finales del siglo XVII estos caminos escarpados se utilizaban para el traslado de minerales.
Así que la apertura de esta nueva ruta supuso una mejora en la comunicación y los negocios de una región minera (Liébana y el mismo desfiladero) con otra industrial.
El recorrido comienza a partir del río Deva por el desfiladero de la Hermida. Allí está la estrecha carretera N-621 que comunica Unquera con Lebeña (final del desfiladero) y Potes (capital del Valle de Liébana).
Una vez internado en la inmensa cicatriz de piedra, podrás disfrutar de varios miradores situados a cada lado del camino y perfectamente señalizados. El mejor es el de Santa Catalina, desde allí tendrás una vista impresionante del desfiladero desde las alturas con los enormes picos de fondo. Desde aquí también te cruzas con los restos de la fortaleza “La Bolera de los Morros” del siglo VIII.
En el pueblo la Hermida observarás una de las primeras vías ferratas que se hicieron en Cantabria. Se trata de unas rutas de escalada con algunas ayudas en forma de escalones de acero y ganchos de seguridad, que te permiten subir a la montaña de forma fácil, incluso si nunca antes habías escalado.
Si eres un gran aventurero y la adrenalina corre por tus venas, podrás subir a los puentes tibetanos donde quedarás totalmente suspendido entre las altas montañas.
Después de esta gran actividad física podrás relajarte un poco en las ricas aguas termales que manan de los pozos del río Deva a 40 °. Están ubicados después del pueblo la Hermida bajo el puente que lleva al balneario. A un lado del puente encontrarás una escalera que te permitirá bajar a la altura del río y disfrutar tranquilamente de estas calientes aguas en cualquier momento del año. Pero, especialmente ideales en invierno.
Más adelante, cuando los enormes farallones se abren surge Lebeña. Pueblo en cuyo llano encontrarás uno de los templos más antiguos de Cantabria. Se trata de Santa María de Lebeña abierto al culto en el año 924. Con su belleza mozárabe y cementerio con estelas cántabras se integra naturalmente al paisaje. Dentro podrás observar una estatua de la Virgen de la Buena Leche y una estela del siglo VI a.C adornada con símbolos solares en el altar.
Si continúas el recorrido después de Lebeña en dirección al sur verás el valle de Bedoya. Antes de que se abriese este camino, la calzada romana era el único paso que lo atravesaba rumbo al mar Cantábrico. Dos kilómetros más adelante en Tama encontrarás el Centro de Interpretación del Parque Nacional de los Picos de Europa que te invita a conocer las riquezas de esta reserva poblada por lobos, águilas reales, osos pardos, urogallos y rebecos entre otros.
A medida que te adentres en el corazón de esta comarca conocerás una zona peculiar. Gracias a un microclima que surgió al abrigo de las montañas verás plantas mediterráneas y árboles insólitos en estas regiones como vid, olivos y alcornoques.
El desfiladero se localiza en el sector occidental de Cantabria entre los términos municipales de Lamasón, Cillorigo de Liébana, Peñarrubia y Tresviso y el municipio asturiano de Peñamellera Baja. Representa el único corredor de entrada desde la costa del Cantábrico hasta la comarca de Liébana
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
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