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El Templo de Zeus Olímpico, también conocido simplemente como Olimpeion, es uno de los lugares que cualquier visitante que se pasee por Grecia debería visitar, dada su importancia histórica y cultural.
Se trata de un templo que en la antigüedad estaba dedicado al dios Zeus, y de hecho, fue uno de los más grandes de toda Atenas, con unas dimensiones de 180 metros de longitud por 40 de anchura.
Si bien hoy tan solo se encuentran 15 columnas en pie, y una extra que se mantiene derribada en el suelo, sigue siendo una visita indispensable para cualquiera. Su estructura actual refleja una pequeñísima parte de su grandeza de antaño, y sigue siendo una parte importantísima de la ciudad.
Dado que el templo tenía unas dimensiones enormes, tardó muchísimo tiempo en construirse. Según cuenta el viajero Pausanias, el templo fue fundado por Deucalión. Sin embargo, tiempo después, en el 515 antes de Cristo, en la época de la Tiranía, el Joven Pisístrato mandó a construir un templo nuevo sobre los yacimientos del actual. Muy poco tiempo después cayó la tiranía y las obras fueron detenidas.
Cuando esto ocurrió, en la época de la democracia se pensaba que el templo, con unas proporciones tan enormes era un ejemplo de la desmesura de las tiranías, como lo explicó Aristóteles en su libro Política.
Fue el Rey Sirio Antioco IV Epifanes quien le encargó al arquitecto romano Decimus Cosutius la continuación de las obras. Las mismas se alargaron hasta la muerte de Antioco, en el 163 a.C. Durante varias décadas este mismo proceso se repitió varias veces, hasta que el emperador romano Adriano, que amaba Atenas, lo concluyó finalmente en el año 131 d.C. Se tardó así, literalmente, más de siete siglos en completarse toda su construcción.
Lamentablemente, tan solo un siglo después el templo ya estaba medio derruido y lucía un aspecto similar al de la actualidad. Adriano consagró el Templo al Dios Zeus, y construyó dos estatuas crisoelefantinas, de oro y de marfil, una con la imagen de Zeus y otra con su propia imagen, las cuales hoy en día no se conservan. No se sabe muy bien por qué se destruyó el Templo Olímpico de Zeus, pero se tiene bastante constancia de que fue por un terremoto que se produjo en la edad media.
Hoy en día, es difícil imaginarse al ver las pocas columnas que quedan en pie el esplendor de antaño de este lugar. Sin embargo, hay que tener en cuenta que antiguamente el templo tenía 104 columnas de orden corintio. En su interior estaba pintado de vivos colores para dar alabanza a Zeus, destacándose el rojo, el verde y el blanco.. Además el azul cobalto teñía el techo de la construcción en el cuál había varias estrellas artificiales de oro que reflejaban una grandeza increíble.
El templo se encuentra situado a tan solo 500 metros de la Acrópolis, por lo que desde su ubicación se pueden sacar preciosas fotos con la colina y el Partenón de fondo.
La entrada para acceder al templo es de 12€. Esta misma se puede obtener en los kioscos de entrada al recinto.
Cerca del templo también se encuentra: el Teatro de Dioniso, el Museo de Arte Popular griego, el Museo de la Acrópolis de Atenas y otros sitios con una gran importancia turística en Atenas. Por lo que se puede dedicar una visita de todo un día para explorar estos lugares, a fin de conocer más sobre su cultura y la historia.
En definitiva, lamentablemente de toda esa gloria solo queden unos restos. Igual el Templo Olímpico de Zeus es un lugar que todo el mundo debería visitar al pasar por esta increíble ciudad. Una excelente oportunidad para conocer una parte importante de la historia. Una invitación a representar en la imaginación, aunque sea, un poquito de toda la grandeza que antes bañaba al sitio.
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
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