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El Río Liffey atraviesa la capital irlandesa de este a oeste. Son aproximadamente 125 km de recorrido desde su nacimiento hasta la desembocadura en la bahía de Dublín. A medida que avanza su trayecto, a su vez, es alimentado por otros ríos que lo interceptan.
El Río Liffey ha sido un papel de suma importancia durante todos los momentos históricos a los que se ha sometido Dublín. Especialmente utilizado como vehículo principal en los temas comerciales.
Los vikingos así lo vieron, y es que el Río Liffey era utilizado como el lugar donde se establecían los negocios. También era la vía para transportar productos desde el interior del país hacia la exportación.
En pleno desarrollo industrial así se seguía manteniendo. Pero especialmente la Guinness era la que más uso daba a estas aguas. El Río Liffey era el principal medio de transporte con dirección al Reino Unido y demás países.
Actualmente el río ya no es utilizado para fines comerciales, sino más bien, es un objeto turístico. Esto es debido a que ni el puerto ni el mar se encuentran tan lejos de la ciudad, por lo que se puede llegar en automóvil. Lo que ha dejado casi sin actividad a estas aguas, dejándoles todo su espacio al tour de la ciudad en barco.
Este atractivo natural no es que se trate de un gran río ni que tenga alguna peculiaridad que lo haga diferente de otros. Pero es una línea divisoria entre la zona norte con la del sur.
En la zona norte se encuentran las áreas comerciales y la industrialización, así como barrios de bajo estrato social. Por lo que es recomendable no permanecer en estos lugares penas comienza a oscurecer. La zona sur sí es el lado más turístico. Es aquí donde se encuentran los parques, museos y barrios residenciales.
Sobre el Río Liffey existen cantidad de puentes peatonales que suelen ser muy turísticos. Tal es el caso del puente O’Connell Bridge, Gratan Bridge y Ha’penny Bridge (en nombre del peaje que se tenía que pagar para cruzarlo, medio penique). Claro, estos son solo algunos de los más importantes quedando muchos por fuera, ya que son varios los que facilitan el paso a través de río.
A los laterales, hay paseos en los que puedes permanecer o recorrer. Donde existen bancos para sentarse y descansar junto a jardineras. También obtendrás una excelente vista hacia los puentes y la constante actividad de personas. A esto le puedes sumar los atardeceres que terminan calificando el lugar como una experiencia bastante agradable que se debe vivir mientras estás en Dublín.
También hay monumentos en las cercanías, el Tribunal Supremo de Irlanda es uno de ellos. Es un imponente edificio que cuenta con un porche que posee seis columnas gigantescas que lo caracterizan.
Así mismo, antes de llegar al puerto de Dublín y ya en la última parte de río, encontrarás un lindo edificio que se llama Custom House. Actualmente es la sede del Ministerio del Medio Ambiente.
Con un estilo neoclásico y construido en el siglo XVIII, se trataba de la sede de la aduana del puerto. Cuenta con una fachada impresionante y, en las noches posee una espectacular iluminación que hacen honor a su importancia según sus delegaciones en la ciudad.
El crucero es una agradable experiencia que puedes realizar. Es un tour que no dura más de 45 minutos y salen cuatro barcos durante el día, es decir que puedes escoger la hora que más te convenga.
En vista de que se encuentra lo largo de la ciudad, no te será nada difícil acercarte hasta uno de sus lados. Cualquier autobús que tomes puede dejarte más o menos cerca y tu solo caminarás unas cuadras.
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
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