Como principal puerta de acceso a la ciudad de Granada durante la dominación islámica, se levantan los restos de la antigua muralla musulmana de la que hoy solo se conservan su gran arco exterior de herradura, flanqueado por dos torres rematadas por almenas, y parte del muro septentrional de la muralla.
Aunque su construcción tiene lugar a lo largo de dos épocas distintas, la época zirí, en el siglo XI, y la nazarí, en el siglo XIV, los restos que quedan de ella pertenecen a la época nazarí, período en el cual adquirió su mayor esplendor como auténtica fortaleza autónoma cumpliendo funciones como puesto militar y defensivo y control aduanero de todo tipo de mercancías.
Su nombre, que proviene del árabe bab Ilbira, se debe a que conectaba la primitiva Medina Elvira, capital de la cora granadina, con la calle del mismo nombre, zanaqat Ilbira, la vía más larga y principal de la ciudad.
Hoy en día, este histórico enclave queda ubicado al final de la calle Elvira, la cual recorre parte del casco antiguo de la ciudad y cuyo inicio está localizado en la céntrica y emblemática Plaza Nueva de Granada.
Por su importancia histórica y artística, la Puerta de Elvira de Granada está catalogada como un Bien de Interés Cultural.
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