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Serpenteante entre la Alhambra y el Albaicín y bordeando los márgenes del río Darro, nos encontramos con uno de los caminos más jugosos y apetecibles de Granada y que, como turista, no debes pasar por alto.
El Paseo de los Tristes, antiguamente Paseo de la Puerta de Guadix y oficialmente Paseo del Padre Manjón, le debe su nombre a que en el siglo XIX era el lugar por donde pasaban los cortejos fúnebres de camino hacia el cementerio de la ciudad y donde los “tristes” despedían a sus difuntos.
El paseo se construyó en el siglo XVII como consecuencia de una gran explosión que tuvo lugar en un polvorín de la Iglesia de San Pedro y San Pablo y la cual obligó a remodelar la zona y ampliar la popular Carrera del Darro creando puentes tan importante como el Puente de las Chirimías o el del Aljibillo que unen este enclave con el barrio de La Churra.
Leyendas y relatos en torno a varios edificios ubicados en este paseo hacen del mismo uno de los lugares con más historia de Granada.
La Casa de Castril, sobre la que pesa una de esas leyendas que se mantienen intactas hasta el día de hoy y que en la actualidad acoge el Museo Arqueológico y Etnológico de Granada, merece especial mención. Se dice que hay un balcón tapiado en la fachada para que la hija del dueño, confinada en su habitación por su propio padre, no pudiera escaparse ni ser deshonrada por nadie. De hecho, mandó colgar a un hombre del balcón por creer que había sido amante de su hija, sin serlo, y de ahí la frase que reza sobre él “Esperándola del cielo”.
También merece una mención el Hotel del Reuma, un edificio abandonado que primero fue hotel y después hospital, y que finalmente fue deshabitado debido a serios problemas de humedades por estar construido en una zona sombría y próxima al río.
Al entrar al paseo nos encontramos con la imponente figura del bailaor y coreógrafo cordobés Mario Maya que forjó su exitosa carrera en los tablaos del Sacromonte y que la ciudad homenajea como uno de los referentes del arte flamenco.
Junto a la escultura, la Casa de las Chirimías, un edificio destinado a los músicos para que estos tocaran chirimías y trompetas (y de ahí su nombre) mientras que las grandes personalidades se dedicaban a disfrutar de los festejos del paseo como corridas de toros o carreras de burros. Actualmente, la Casa, que ha vuelto a recrear los actos musicales de antaño, acoge un punto de información turística.
En el centro del paseo, la Fuente del Avellano, también construida en el siglo XVII, cuando tuvo lugar la ampliación de la calle.
En la Cuesta del Chapíz, que lleva a los barrios del Albaicín y Sacromonte desde el Paseo de los Tristes, encontrarás el Palacio de los Córdova, del cual puedes visitar sus geométricos jardines y desde el que podrás disfrutar también de unas magníficas vistas del Generalife.
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
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