El Palacio Ducal de Venecia es uno de los grandes símbolos de la ciudad. Aunque originalmente fue residencia de los Dux, también ha sido un castillo e incluso por unos años fue una prisión.
Situado en la Plaza de San Marcos, el Palacio fue originalmente un castillo fortificado en el siglo IX, pero tras un incendio tuvo que ser reconstruido y se usó como fortaleza veneciana y como prisión.
Desde él 120 dogos han dirigido Venecia a lo largo de su historia.
Su diseño combina varios estilos, ya que podemos encontrar elementos bizantinos, góticos y del renacimiento. En su interior se haya pinturas de los maestros Tiziano, Tintoretto y Bellini.
Si entramos en el Palacio lo primero que veremos será la famosa Scala d’Oro, que es una escalinata de oro que conduce a la segunda planta del Palacio.
La visita nos muetsra las salas donde vivían los dogos, las salas donde se realizaban las votaciones, la armería, la antigua prisión y los patios del Palacio.
En el Apartamento del Duque se ven obras que muestran la historia de la ciudad, entre otras. Estas son de artistas de la talla de Tintoretto, Tiziano o Veronés.
En la Sala del Maggior Consiglio, que era donde se realizaban las votaciones de La Serenissima, se encuentra “El Paraíso” que es el mayor lienzo del mundo, de Tintoretto.
En la armería hay armaduras y un sinfín de armas, tanto clásicas como las más complejas de fuego.
Al pasar por la antigua prisión se pueden ver los calabozos y los pozos húmedos. Sin duda, la parte menos agradable de la visita.
Puente de los Suspiros
Durante la visita se atraviesa el famoso Puente de los Suspiros, que lejos del romántico significado que equivocadamente se pueda darle, lleva este nombre porque este camino era el que tomaban los condenados a muerte y, desde sus ventanas, veían por última vez la Laguna Veneta.
Siempre fui la amiga que llevaba una cámara a cuestas, por lo que acabé convirtiendo en una de mis profesiones. Apasionada de los viajes y la comunicación, siempre pensando el próximo destino
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