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El Palacio Belvedere es una enorme mansión que, antiguamente, fue construida como casa de verano para el príncipe Eugenio de Saboya. Conformada, en líneas generales, por dos palacios: el Alto Belvedere y el Bajo Belvedere.
Posee un hermoso estilo barroco que tanto le caracteriza e identifica muy bien a la ciudad. Actualmente ya no es una residencia, sino más bien, se ha convertido en un museo.
Los museos cuentan con la exclusividad de poseer obras de gran valor austriaco, además de ser de estilos diferentes. Están:
A partir del año 1714 es cuando se inició la construcción del Palacio Bajo Belvedere, la parte inferior. Esto ocurrió luego de que el príncipe Eugenio de Saboya adquiriera un terreno ubicado a las afueras de Viena. Al ver el hermoso paisaje a su alrededor, decidió erigir un espectacular palacio de verano con grandes jardines.
Más adelante, en el año 1717 se construye el Palacio Alto Belvedere, o parte superior. El propósito de este lugar era enaltecer la popularidad del príncipe con un área social para realizar célebres fiestas.
Luego de la muerte del príncipe Eugenio en 1736, su sobrina, la princesa Victoria heredó el lugar. Sin embargo, ella nunca estuvo interesada y decidió venderlo a los Habsburgo. Carlos VI fue el primer comprador y luego, el palacio fue cedido a su hija María Teresa, la emperatriz. Fue ella quien lo bautizó como Belvedere (“bella vista”) en honor a la impresionante vista que se tenía de Viena.
El edificio fue diseñado por el famoso Johann Lukas von Hildebrandt, creador de otras importantes estructuras de la localidad. Este personaje se encargó de resaltar algunos salones de la mansión, tanto de la parte alta como baja:
El Palacio Belvedere está perfectamente divido en dos espacios, alto y bajo o superior e inferior. Cada uno tiene su propio atractivo y cuenta con una personalidad diferente. Es importante destacar que lo que anteriormente existía en el palacio ya nada está, solo la infraestructura. Actualmente son los museos los ocupantes del hermoso espacio.
Cuando el Palacio de Belvedere era propiedad del príncipe, el Bajo Belvedere cumplía la función de residencia. Actualmente, resaltan aquí:
Es más reducido de tamaño y su fachada un poco menos vistosa.
Esta es la ubicación del Museo de Arte Barroco austriaco. Se exponen las obras de los principales artistas que dieron forma a Viena durante su época de auge. También es el sitio donde se realizan las exposiciones especiales, esto junto a la Orangerie.
Se trataba de una elegante estructura donde permanecían las exóticas flores que el príncipe coleccionaba. Es decir, el antiguo invernadero. Actualmente, es el lugar que alberga exposiciones temporales y, de alguna manera, más especiales.
Es donde anteriormente se encontraban 14 de los caballos más hermosos del príncipe. En la actualidad, se está el Museo del Arte Medieval austriaco. Muy interesante de visitar.
Los jardines realmente hermosos y, reflejan en su máxima expresión a la arquitectura paisajística barroca. Se encuentran:
Este lado representaba lo que sería el área social. Es el edificio principal de todo el conjunto y su fachada, a diferencia del Bajo Belvedere, es más elaborada. Como su carta de presentación (fachada) es tan linda, las expectativas al entrar suelen ser altas. Sin embargo, el interior es un poco decepcionante para quienes esperan la estructura de un real palacio.
Lo más llamativo en su interior es la capilla, el hall de entrada y el Salón de Mármol, que están decorados. El resto de las instalaciones carece de gracia y decoración.
Sin embargo, su interior posee obras de arte muy emblemáticas de Viena, es aquí donde se encuentra la Galería de Arte austriaco. Muchas elaboradas en la Edad Media y otras a través del tiempo hasta la actualidad.
Aquí se encuentran 24 pinturas del famoso Gustav Klimt, especialmente “El Beso”, la obra austriaca más famosa. Este paseo es muy curioso y se hace más atractivo con los retratos femeninos de Klimt.
El Alto Belvedere cuenta con 420 obras aproximadamente. Está distribuido en siete salas temáticas en tres niveles. Su ordenado recorrido inicia desde la historia de Belvedere hasta la Edad Media, Barroco, Clasicismo y Biedermeier. Finalmente, hasta el modernismo vienés y el periodo de guerras.
Para poder llegar, lo más recomendable es:
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
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