El Museo Etnográfico de Artes y Costumbres Populares del Parque Natural de la Iruela está ubicado en la carretera del tranco, kilómetro 37,9 en Arroyo Frío de la provincia de Jaén. Posee una gran exposición que sin duda alguna te llevará directamente a las raíces, cultura y tradiciones del gentilicio de la Sierra de Cazorla.
Las exposiciones que vas a encontrar en el Museo Etnográfico de Artes y Costumbres Populares son únicas y muy interesantes. En este edificio conocerás las costumbres, el estilo de vida y todo lo relacionado a la cotidianidad de los habitantes de la Sierra. Aquí encontrarás una gran variedad de herramientas que eran usadas para realizar los trabajos del día a día. También conocerás la cultura de los serranos, que sin duda alguna te dejará con ganas de saber mucho más sobre la época.
En la Sierra de Cozorla los materiales más usados eran la madera, la cal, el alquitrán, la resina de pino, entre otros. Con la madera construían las diferentes edificaciones y también obtenían el carbón vegetal, la carbonilla y el cisco. Esto se lograba mediante el proceso de combustión lenta de la leña y para realizar este proceso tenían carboneras.
En el museo se podrá apreciar una carbonera, así como también una calera en la que fabricaban la cal. En los alrededores se encuentran algunos árboles con resineras, también encontraremos material videográfico en el que muestran el proceso de fabricación de algunos elementos. En la antigüedad existía la profesión de “peguero”, este se encargaba de extraer el alquitrán de los pinos, logrando realizar sus labores en un horno especial para el trabajo.
Debido a lo retirado que se encuentra el lugar, las personas que allí habitan vivían en un estilo de aislamiento. La mayor parte de las aldeas se comunicaban por sendas. Esto hizo que se generara una vida de autosuficiencia en las haciendas o caseríos. Todo giraba en torno a la estancia principal, siendo ésta el comedor. En el comedor se alzaba una gran chimenea y a su alrededor se ubicaban varias lacenas en las que se guardaban los utensilios.
En otro lugar del caserío estaba el horno en el que hacían el pan y las tortas de manteca o aceite. Sin embargo, una de las prácticas más populares era la matanza de ganado. Esta actividad se realizada en la época de invierno y de esta manera llenaban sus alacenas para todo el año con lo obtenido de la matanza. Fabricaban tocino, manteca, morcilla, chorizos, lomo, jamón en fin una gran variedad de productos.
De igual manera, se practicaba mucho la agricultura. Es así como conseguían el complemento alimenticio que derivaba de los huertos que se instalaban cerca de las casas. También se destacaban en la crianza de animales de corral, como gallinas, conejos, cabras y ovejas. En el museo veremos una colección de herramientas usadas para realizar estas actividades del día a día.
Cuando la jornada laboral llegaba a su fin, las personas se divertían jugando una partida de bolos y durante las fiestas bailaban el fandango robao o la seguidilla serrana, al compás de la música de un acordeón y una guitarra. El museo expone una bolera a escala, así como también los trajes que usaban en las fiestas.
En el Museo Etnográfico de artes y costumbres populares del Parque Natural, encontrarás toda una historia de cultura y tradición de las serranías. Sin duda alguna, el tiempo que inviertas en realizar esta visita valdrá la pena. Conocerás las raíces, costumbres de la zona y tendrás una clara imagen del pasado serrano frente a tus ojos.
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