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Hablar del Mirador de San Nicolás es hablar de “la puesta de sol más bonita del mundo”, tal y como expresó el expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton. Su visita es obligatoria si se quiere disfrutar de una de las imágenes más bonitas y simbólicas del mundo: la Alhambra y toda su Sierra Nevada al fondo, y la ciudad de Granada a sus pies. Y si aún se pueden mejorar las vistas, acudir a este lugar a las horas del atardecer, cuando la luz azafranada cubre toda la ciudad palatina y su entorno, es la guinda del pastel.
La noche también puede ser un buen momento para hacer una visita al mirador y dejarse atrapar por el embrujo de la Alhambra y su magia, al mismo tiempo que se disfruta de una cena en alguno de sus restaurantes con terraza y vistas inmejorables.
Este emblemático mirador y punto único de Granada se encuentra localizado en el barrio del Albaicín, en la parte más alta de la Alcazaba Qadima, y cuenta con una iglesia que da nombre a la plaza y al mirador, la Iglesia de San Nicolás, construida en el siglo XVI sobre una mezquita, algo que ocurre de manera habitual con respecto a otras iglesias de Granada. Este templo, de estilo mudéjar y gótico, ha sido reconstruido varias veces a lo largo de su historia pero actualmente está en mal estado esperando una restauración que no llega.
Junto a la iglesia vamos a encontrar uno de los muchos aljibes que hoy en día sobreviven en la capital granadina, el Aljibe de San Nicolás, antiguo depósito de agua para abastecer, en este caso, a la mezquita que se ubicaba en el lugar. Si bien este no es el mayor de los aljibes musulmanes que se conservan (es el Aljibe del Rey, situado también en el Albaicín), es uno de los más populares por localizarse en este mágico enclave.
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
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