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La Plaza de San Pedro es una de las plazas más bonitas y grandes del mundo. Se encuentra situada en El Vaticano, a los pies de la Basílica de San Pedro.
Construida por el arquitecto Gian Lorenzo Bernini, la Plaza de San Pedro (en italiano, Piazza di San Pietro) fue inaugurada en 1667 y es una de las más impresionantes de todo el mundo debido a su gran extensión. Mide 320 metros de largo y 240 de ancho. En un inicio esta plaza era rectangular, pero Bernini hizo que fuera ovalada.
Por otra parte, el proyecto de la Plaza de San Pedro surgió con el objetivo de poder recibir grandes cantidades de fieles y peregrinos.
Hay tres elementos que resaltan de este lugar: sus columnas coronadas con sus más de cien estatuas de santos (ciento cuarenta, para ser precisos), sus fuentes y su obelisco.
Sin duda, lo más imponente es la famosa Columnata de Bernini, un conjunto de 284 columnas y 88 pilastras dispuestas en cuatro hileras rodeando la parte central. Sobre la balaustrada que une las columnas hay 140 estatuas de santos que miden 3.20 metros cada una. Estas estatuas fueron realizadas con posterioridad, en 1670, por alumnos de Bernini.
En el centro de la plaza se levanta un obelisco egipcio de granito rosa de más de 25 metros de altura (el segundo más alto de Roma), con una curiosa historia. A diferencia de los siete obeliscos egipcios restantes que hay en Roma, se desconoce el origen de éste porque no tiene ninguna inscripción en la superficie. Se cree que, probablemente, estaba ubicado en Heliópolis y fue llevado a Alejandría por Octavio en el año 30 AC. Calígula lo habría trasladado a su circo privado en el 37 DC.
Lo que se sabe con seguridad es que en 1586 el papa Sixto V ordenó llevarlo al centro de la Plaza San Pedro, ya que se decía que junto a este obelisco había sido crucificado San Pedro. De ahí el nombre «testigo mudo» con que se le llama. El traslado demandó la intervención del arquitecto Domenico Fontana y un equipo de 900 hombres y alrededor de 100 caballos.
A los lados del obelisco se emplazan dos fuentes, una de Maderno, de 1614, y otra de Bernini, de 1675.
La Plaza San Pedro se comunica con los Palacios Vaticanos a través de la Escalera Regia, una verdadera obra escenográfica realizada por Bernini entre 1662 y 1666. Bernini utilizó recursos visuales para que la escalera parezca mucho más larga de lo que realmente es (60 metros).
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