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Un lugar con mucha belleza, ubicado al pie de los altos acantilados del Monte Buciero. El Faro del Caballo se alza en medio de aguas cristalinas de color azul turquesa que te transportarán a un ambiente tranquilo y paradisíaco. El entorno es sublime lo que hace de este lugar una visita imprescindible si vienes a Cantabria.
El Faro del Caballo fue edificado en 1863 en el istmo del Monte Buciero (Santoña). Forma parte del Parque Natural de las Marisma de Santoña, Victoria y Joyel. Está fuera de servicio desde 1993.
El acceso por tierra se realiza a través de unas escarpadas escaleras construidas en el siglo XIX por los presos del Centro Penitenciario el Dueso. Un duro trabajo que en la actualidad nos permite llegar a este hermoso rincón cántabro.
Antes la linterna trabajaba con aceite, luego se sustituyó por una Maris. Años después se reemplazó con una instalación de gas acetileno con válvula solar. En una última reforma se excluyó el gas acetileno y se implementó una batería de pilas.
Hoy en día es visitado por turistas y senderistas. En el año 2013 de nuevo los presos del Centro Penitenciario el Dueso, acondicionaron el sendero, que en ese momento se hallaba bastante abandonado e invadido por la naturaleza.
El faro estaba dividido en dos secciones. La primera sección (actualmente en ruinas) funcionaba como residencia del farero, esta era de base rectangular con la fachada de argamasa revocada, sillería y encalada.
La otra sección era la torre del faro de forma tubular, que tenía su linterna en la región superior del interior de un prisma de cristal de cubierta semiesférica. Al final está un angosto corredor externo con baranda de metal. Esta segunda sección tiene una altura es de 24 metros sobre el nivel del mar y de 13,36 metros sobre el terreno.
El acceso se puede realizar de dos formas: en una excursión en barco o piragua desde Santoña o Laredo o la más común es realizar una ruta de senderismo. Si escoges la ruta de senderismo se inicia en la avenida Pereda de Santoña. Al final de la avenida se debe seguir las indicaciones que se detallan en un cartel.
Luego se debe subir por unas escaleras que llevan al Fuerte San Martín y desde ahí obedecer las indicaciones que lo conducirá al Faro del Caballo. La pista es amplia y el ascenso es de 3 kilómetros a través de caminos escarpados, y grandes acantilados. Ten esto presente y recuerda utilizar la indumentaria apropiada.
Al llegar al cruce encontrarás un cartel que señala que a partir de ahí debe seguir por más de 700 escalones inmensos cavados en la roca, la pendiente de las escaleras es increíble. Debes tener cuidado al bajar y subir las escaleras podrían resultar algo resbaladizas. Si dispones de tiempo podrás bajar unos 100 escalones más que conducen al mar y tomar un baño en un entorno apetecible completando de este modo la excursión.
De regreso debes subir de nuevo por las grandes escaleras. El esfuerzo bien vale la pena. Una vez arriba podrás tomar un descanso en un mirador cercano. Para llegar a él toma el camino de la izquierda que está luego de subir los últimos escalones. Desde aquí las vistas son extraordinarias.
Es difícil dejar este hermoso lugar, pero se debe finalizar el recorrido. Hay dos opciones, primero ir por el sendero circular que recorre todo el perímetro del Monte Buciero o girar a la izquierda y pasar a través de un bosque, que te llevará al otro lado del Monte Buciero ahorrando así unos cuantos kilómetros.
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
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