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El conocido reloj de la Torre del Reloj, en el Palacio de Westminster, se ha ido convirtiendo en un auténtico icono y símbolo de la ciudad.
Aunque se ha hecho mundialmente famoso el nombre de Big Ben, como asociado al reloj, la verdad es que el nombre de Big Ben es el de una enorme campana de catorce toneladas de peso, integrada en el interior del reloj. Por extensión, el nombre ha pasado al reloj entero.
La torre que tiene el reloj fue construida en 1858, en las obras de reforma del Palacio de Westminster, tiene 106 metros de altura y cuatro enormes relojes, cada uno en una cara. Su estilo es el gótico.
El mecanismo de este impresionante reloj está situado en una estancia por encima del mismo, no es visible. Pesa cinco toneladas. Curiosamente, un montón de monedas, de peniques, sirven para ajustar el movimiento del reloj. Añadir o retirar una moneda puede hacer variar la velocidad del reloj hasta 0.04 segundos diarios. Sus campanadas son transmitidas a diario por la cadena de radio de la BBC,
Es un reloj con mucha fiabilidad. Las condiciones climatológicas más adversas no parecen influir en su puntualidad. Incluso soportó las bombas de aviones alemanes en la Segunda Guerra Mundial, sin que dejara por ello de dar la hora.
La torre que alberga el reloj de mayor tamaño del mundo es la tercera más alta, también en todo el mundo.
Para visitar el Big Ben, lo ideal es llegar al punto de encuentro con una antelación de quince minutos. La puntualidad, como no podía ser de otra forma tratándose del Big Ben, es muy importante.
Tras un estricto control anti metales hay que dejar cualquier objeto personal en una taquilla cerrada con llave. No está permitido realizar fotografías, ni videos.
Lo mejor es llevar para la visita ropa y calzado cómodos. La escalera que da acceso al reloj tiene 334 escalones, incómodos de pisar porque son de piedra desgastada. También es importante el abrigo. No hay ningún tipo de calefacción en el interior de la torre, y al final de la galería de arriba hay una zona exterior, donde es normal que haya viento y haga frío.
La entrada al Big Ben sigue siendo gratuita, pero solo es accesible a los ciudadanos británicos. Para ello deben solicitar un permiso a sus representantes en el Parlamento, que puede tardar mucho tiempo en concederse.
Para el resto de turistas queda la posibilidad de contemplar la belleza exterior del entorno, las dimensiones y el conjunto del Palacio de Westminster. Además, puede comprobarse la exactitud y escucharse las campanas de uno de los relojes con más prestigio en todo el mundo.
Cuando llega la noche, su iluminación es un maravilloso espectáculo. Por ello se ha convertido en un inmortal símbolo de Londres y monumento nacional para el orgullo de todos los ciudadanos del país.
Para llegar al Big Ben, puede utilizarse el Metro, con las líneas District y Circle, estación St James’s Park, líneas Jubilee, District y Circle, estación Westminster.
También sirven los autobuses urbanos 3, 8, 11, 12, 16, 24, 38, 52, 53, 73, 82, 87, 88, 148, 159, 211, 436, 453, con parada en Parliament Square.
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
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