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El Cementerio Central de Viena es el más grande del país, así como también es uno de los más grande de Europa. Ubicado en la zona sur de la capital austriaca, en el barrio de Simmering, contiene muchos ilustres personajes de reconocimiento mundial.
Posee unos 2,5 km² de superficie, capaz de albergar unos 3.3 millones de personas enterradas. Su atractivo turístico, además de sus celebridades, llama la atención la organización de la misma. Existen secciones de músicos, católica, protestante, ortodoxa y judía. Este detalle hace que el paseo sea más placentero.
Fue inaugurado en 1874, posterior a evidenciar el crecimiento poblacional tan abrupto. Esto fue ocasionado por la época de la industrialización de la zona. Unas de las consecuencias de este hecho es que los cementerios estaban colapsados, sin más espacio para nadie. Motivo suficiente para crear uno nuevo.
El diseño estuvo a cargo de los arquitectos y paisajistas Frankfurt Karl Jonas Mylius y Alfred Friedrich Bluntschli. Hasta que finalmente estuvo listo para inaugurar el Día de Todos los Santos del año mencionado.
En sus inicios, cabe destacar que no era el lugar de primera opción para los vieneses. El motivo principal era debido a lo retirado del centro de la ciudad que se encontraba. Sin embargo, para hacerlo más atractivo, las autoridades decidieron desarrollar tumbas honoríficas de personajes importantes.
Cosa que no fue dificultosa para la ciudad debido a que ha sido una sede musical por excelencia. La mejor manera de expresar la gratitud del municipio a los compositores era otorgándoles tumbas monumentales. Esta decisión valió el renombre y popularidad el lugar.
A diferencia de lo que comúnmente se pueda pensar, el Cementerio Central de Viena es lugar totalmente turístico. Altamente capacitado para clasificarlo como un lugar digno de visitar, atractivo turístico donde reina la tranquilidad y un poco de paz.
El cementerio está dividido en varias secciones: católica, judía, budista y, así como otras religiones o derivaciones de las mismas. Es llamativo la transición tan evidente ante el cambio de una sección a otra.
Al entrar al recinto, lo primero que se puede ver al traspasar la puerta principal es el Crematorio. Seguidamente, situado en el centro del cementerio se encuentra la Iglesia de San Carlos Borromeo.
En el Cementerio Central de Viena están enterrados personajes famosísimos como Beethoven, Strauss, Schubert o Brahms. Curiosamente, los restos de Mozart no están allí establecidos, por el contrario, fue enterrado en una fosa común en el cementerio cercano de San Marx. Pero sí está presente un monumento en su nombre.
Todas las personas que acuden a este lugar, tanto turista, vieneses o de cualquier parte del mundo, tienen una misión. Visitar a sus ídolos, caminar y disfrutar de la frondosa vegetación del lugar, son las principales actividades que aquí podrás hacer.
Durante la Segunda Guerra Mundial, mientras la ciudad de Viena era bombardeada constantemente, sus ciudadanos consiguieron un “escape”. El Cementerio Central de Viena no era objeto de ataque, es por lo que los ciudadanos utilizaron sus tierras para cultivar tubérculos y algunos alimentos. Fue un método de supervivencia bastante válido.
Es un lugar realmente grande, por lo que es mejor que reserves un día de tus vacaciones para acudir al cementerio. También planifica las tumbas que quieres visitar, así no perderás tiempo revisando lápida por lápida. Por si lo crees necesario, puedes adquirir un mapa del lugar por 1€.
Desde el centro de Viena debes tomar la línea U3 del metro hasta Simmeringer. Luego tomas un tranvía tanto la línea 6 o 71 que te dejarán en la puerta 2 del lugar o en la parada Zentralfriedhof tor2 (área más cercana de las tumbas famosas).
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
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