La Catedral de San Pablo tiene una altura de 110 metros, lo que la convierte en la segunda catedral más grande del mundo. Solo por detrás de la Basílica de San Pedro de Roma.
Se trata de una obra realizada por el arquitecto Christopher Wren.
El espacio que ocupa la Catedral de San Pablo ha sido ocupado por diferentes edificios religiosos a lo largo de la historia. Los orígenes del emplazamiento se remontan a un templo griego.
Sus orígenes se remontan al año 604, cuando se levantó el primer templo dedicado al apóstol San Pablo sobre una de las colinas de Londres.
La Catedral fue construida en gran parte de madera, por lo que ha tenido que ser reconstruida a lo largo de su historia en varias ocasiones, como es el caso del incendio de 1666. El edificio que hoy es, fue levantado entre los años 1676 y 1710.
Desde que se construyera, la Catedral de San Pablo ha sido el lugar de celebración de algunos acontecimientos muy relevantes, como es el caso del funeral de Winston Churchill o la boda del príncipe Carlos y Lady Diana.
Catedral de San Pablo
Se trata de un enorme templo con su planta en forma de cruz y una decoración muy llamativa. Destacan sus techos, decorados con pinturas al fresco. Su interior tiene muchos rincones, con mucha historia detrás, por lo que es conveniente realizar la visita con una audio guía (se entrega a la entrada, de forma gratuita).
Se ha dicho que lo más atractivo de la Catedral es su gran cúpula, integrada por tres galerías circulares. Para llegar a la primera galería hay que ascender 257 escalones. Es la llamada “Galería de los Susurros”, a 30 metros de altura desde el suelo, y con una acústica sorprendente. Desde ella puede oírse cualquier sonido de todo el conjunto arquitectónico.
Para acceder hasta la segunda galería, la “Galería de Piedra” y disfrutar de sus privilegiadas vistas, hay que subir 376 escalones más. La tercera galería, la “Galería Dorada”, se sitúa a 85 metros de altura.
En la cripta pueden observarse diferentes restos y fragmentos de los anteriores templos que se erigieron en el mismo emplazamiento, junto a los restos de ilustres personajes británicos como Wellington, el almirante Nelson, Winston Churchill, Alexander Fleming y Florenece Nightingale.
Foto: pxhere.com
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