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Historia del lugar
Durante la conquista de la Galia, los romanos fueron seguramente los primeros en aprovechar la posición estratégica del peñón rocoso.
En el año 778, Carlomagno asedia la fortaleza ocupada por los sarracenos, que por entonces tenían a Mirat como jefe. La leyenda que, según se cree dio su nombre al pueblo de Lourdes, y que determinó los elementos de su blasón cuenta lo siguiente: en el momento más oportuno, un águila dejó caer una trucha a los pies de Mirat, que haciendo gala de una astucia sin igual, la llevó hasta el jefe de los francos para hacerle creer que disponían aún de víveres suficientes. Ya estaba a punto Carlomagno de abandonar el asedio cuando el obispo del Puy-en-velaym, que le acompañaba , salvó la situación diciendo a Mirat, desfallecido por el hambre, aceptó, el ofrecimiento y recibió el bautismo bajo el nombre de Lorus.
En los siglos XI y XII, esta fortaleza casi inexpugnable se convierte en la residencia señorial del conde de Bigorre. Más tarde, se utilizará como plaza fuerte para controlar las rutas de la llanura que se disputaban distintos príncipes, los máximos representantes políticos del sur de Francia.
No adquiriría su extensión definitiva hasta el siglo XIV, con la construcción de su sistema de murallas sucesivas y del torreón que dominaba otras tres torres, desaparecidas en la actualidad.
El castillo prisión
En 1950, bajo el reinado de Enrique IV, el castillo pasa a ser posesión de la realeza. En los siglos XVII y XVIII, se le denominará la “bastilla de los Pirineos” por su nueva función de prisión, donde el rey mandaba encerrar a sus oponente.
El gran arquitecto del rey Luis XIV Vauban propone en 1685 algunas mejoras que completarán en parte sus sucesores.
En el siglo XIX, la ingeniería militar transformará el castilo en cuartel, confiriendo un nuevo encanto a esta arquitectura militar y añadiendo numerosos edificios, entre los que destaca su polvorín.
El castillo museo
En 1921, se levantó el museo pirenaico promovido por Louis y Margalide Le Bondidier. Apasionados por los Pirineos, atesorarán colecciones sobre la historia y las culturas de los montañeses desde finales del siglo XVIII hasta principios del siglo XX. Su objetivo era conseguir un vasto museo regional que incluyera piezas de toda cadena pirenaica franco-española donde “nada que tuviera un origen pirenaico nos resultaba extranjero”.
La fortaleza y su Museo Pirenaico en la actualidad
En 1995, la fortaleza, testigo de excepción de la historia del pueblo en el siglo Xi y en época moderna, recibió la categoría de Monumento Histórico. Desde 2002, el museo es denominado “Museo de francia” por el Ministerio de Cultura.
Siempre fui la amiga que llevaba una cámara a cuestas, por lo que acabé convirtiendo en una de mis profesiones. Apasionada de los viajes y la comunicación, siempre pensando el próximo destino
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