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La Carrera del Darro, considerado uno de los rincones con más encanto de Granada, es uno de los paseos más bonitos de la ciudad que discurre, serpenteante, por el margen izquierdo del río Darro, a los pies de la colina de la Alhambra.
Desde la céntrica Plaza Nueva hasta el Paseo del Padre Manjón, o más popularmente conocido como Paseo de los Tristes, solo encuentras gozo y disfrute sensorial de unas excelentes vistas de la ciudad palatina con sus torres simétricas vigilantes desde el cerro, a la derecha, y del destacado barrio del Albaicín con sus estrechos callejones morunos, a la izquierda. Y, añadiendo más placer a este espectacular marco geográfico, la vetusta arquitectura de los alrededores como reclamo cultural y artístico que hacen a este paseo merecedor de una detenida visita por su excelsa e indiscutible belleza.
Varios son los puentes de época que cruzan las aguas limpias y tranquilas del río Darro, paralelo al paseo, siendo el Puente de Cabrera y el Puente de Espinosa los más populares y los que conectan el paseo con el barrio de La Churra, a la sombra de la Alhambra. Asimismo, los restos del Puente del Cadí, del siglo XI, y la vegetación acumulada a lo largo del pequeño cauce del río en esta zona, dotan al lugar de una inmejorable visión romántica en pleno siglo XXI que el visitante agradecerá soberanamente.
Decir que los baños árabes más antiguos de España, conocidos como el Bañuelo, así como otros tantos lugares de interés cultural, se localizan en este bonito paseo el cual separa la ciudad vieja andalusí de la ciudad nueva cristiana en una especie de embudo de piedra que hacen al turista remontarse a la vida siglos atrás.
Y toda esta maravilla recorrida a lo largo de la Carrera del Darro va a desembocar en una de las plazas más antiguas de la ciudad y con mayor encanto: la Plaza Nueva.
Desde ella se puede subir caminando a la zona de la Alhambra por la Cuesta de Gomérez, principal acceso a pie al conjunto monumental. También en esta céntrica plaza se inicia la subida al barrio del Albaicín, bien por la bellísima Carrera del Darro o bien por sus aledaños.
Esta plaza de forma alargada, en la que antiguamente se corrían toros y se celebraban torneos, es uno de los lugares más frecuentados de la ciudad, y durante la visita se interpondrá en el camino del turista en más de una ocasión por su proximidad a las zonas de mayor afluencia turística.
Se encuentra visualmente conectada con la Plaza de Santa Ana, formando ambas un solo espacio, y en la cual vamos a encontrar la Iglesia de San Gil y Santa Ana, un pequeño templo misceláneo entre el estilo mudéjar y el renacentista a los pies de la Alhambra.
En este mismo entorno de la popular plaza descubriremos también edificios tan emblemáticos de la ciudad como la Real Chancillería, sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, o el célebre Pilar del Toro, una fuente pública que en la antigüedad fue utilizada como abrevadero de animales y para el suministro de agua de los vecinos del barrio.
Este es un buen entorno en el que el turista disfrutará de multitud de bares y restaurantes mientras contempla, embelesado, la belleza de la Alcazaba de la Alhambra y su colina repleta de bosque.
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
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