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La Basílica de San Marcos es el centro religioso más importante de Venecia. Situado junto al Palacio Ducal, podemos encontrarla en su plaza homónima, donde preside la vida pública y religiosa de la ciudad.
Su construcción empezó en el año 828 con la intención de albergar los restos de San Marcos, que fue trasladado desde Alejandría a Venecia. En un principio esta basílica iba a ser una prolongación del Palacio Ducal.
A lo largo de su historia, ha sufrido varios cambios. La construcción actual, que tiene planta con forma de cruz latina y cinco cúpulas, fue declarada catedral de Venecia en 1807.
En su interior se hayan más de 4.000 metros cuadrados de mosaicos, entre los que hay algunos del siglo XIII, como los de la cúpula de la Ascensión, en los que se representan escenas del Nuevo Testamento, y 500 columnas del siglo III. El color predominante es el dorado.
En el atrio podemos encontrar mosaicos que detallan escenas del Antiguo testamento, estos están hechos con teselas de cristal y pan de oro.
Los restos de San Marcos reposan debajo del altar, el cual se sustenta con cuatro columnas de alabastro y mármol.
Dentro de la Basílica podemos encontrar un museo, donde se puede admirar de cerca los techos y mosaicos de la catedral, así como grandes obras y esculturas originales, como las de los caballos de San Marcos: cuatro caballos de oro que estaban en el hipódromo de Constantinopla y en la última cruzada los venecianos se los llevaron como parte del botín.
También se puede ver el Tesoro bizantino, que también formaba parte del botín de Constantinopla, y la Pala de Oro, que es un retablo de piedras preciosas que está fabricado por orfebres medievales.
Siempre fui la amiga que llevaba una cámara a cuestas, por lo que acabé convirtiendo en una de mis profesiones. Apasionada de los viajes y la comunicación, siempre pensando el próximo destino
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