En el corazón de Ámsterdam hay un barrio que se ve desde lejos por sus neones y luces de color rojo que adornan los escaparates, no se trata de otro si no del famoso Barrio Rojo.
Situado en la parte más antigua de la ciudad, es una zona turística que es muy visitada atraída por la curiosidad y la infinidad de historias que se cuentan de él.
En sus comienzos, allá por la Edad Media, ya existían los burdeles de este barrio, y es que “el negocio más antiguo del mundo” era llevado por el Sheriff y sus hombres.
Las primeras vitrinas aparecen en el siglo XVII, en ellas las prostitutas ofrecían sus servicios y generaban una gran expectación entre las personas que circulaban por las calles del barrio.
Desde 1911 la prostitución es legal en los Países Bajos, por lo que aún hoy se puede ver a las mujeres en las vitrinas exhibiéndose, sobre todo por la noche. Estas mujeres alquilan estos lugares y pagan sus impuestos como cualquier trabajador del país.
Aunque siempre genera controversias, la visita al Barrio rojo sin duda es algo que no deja indiferente a nadie.
Siempre fui la amiga que llevaba una cámara a cuestas, por lo que acabé convirtiendo en una de mis profesiones. Apasionada de los viajes y la comunicación, siempre pensando el próximo destino
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