?>
Los Baños Califales son quizá los últimos restos de Alcázar de los Califas. Forman parte del centro histórico de Córdoba. Tras siglos de construcciones y gobernantes, los ‘hammam’ volvieron a salir a la luz y fueron convertidos en Museo.
Los llamados ‘hammam’ en la cultura musulmán tenían una especial importancia. La limpieza y las abluciones eran un distintivo y una momento esencial previo a la oración. Por este motivo los baños se encontraban en grandes cantidades dando jerarquía al reinado.
Los baños califales fueron construidos durante el periodo de que estuvo el califa Alhakén II. Representan el orden de las termas romanas de salas frías, templadas y calientes. Eran de uso específico del califa y su corte y en sus estancias con bóvedas cerradas se hallaban los lucernarios de estrellas.
Pasada la conquista cristiana los baños fueron soterrados y se construyó sobre la superficie el campillo del rey. Una gran plaza a pedido de Alfonso I. En la década del 60 fueron re descubiertos por equipo de arqueólogos. Al analizar la importancia de su construcción fueron declarados Bien de Interés Cultural.
En el siglo XXI los baños califales fueron restaurados y adaptados para su exposición turística. Así, se transformaron en uno de los museos que no podemos dejar de visitar cuando pisamos Córdoba. Desde el año 2.006 abrió sus puertas al público.
El Museo se organiza en diferentes salas con una excelente representación del ambiente árabe. La música, la iluminación y el decorado intentan trasportar al visitante a aquellas épocas y comprender el nivel de importancia que poseían estos baños para la purificación del alma.
El recorrido se inicia desde aquí con una introducción sobre la historia del lugar. Una serie de paneles y una maqueta son los elementos utilizados como soporte de esta bienvenida.
Una proyección de unos pocos minutos nos ofrece datos específicos sobre los baños califales. Un viaje hacia atrás por el camino de su evolución y su directa relación con la cultura musulmana.
La siguiente sala del museo con un claro aislamiento de toda intervención externa simboliza la ceremonia del baño. Tanto en el plano individual como en su función de acercamiento en lo social.
Llega el turno de las estancias que representan la verdadera estructura de los baños califales. Aquí se diferencian la sala de agua fría, templada y caliente. Cada una de ellas con su distintivo particular según las creencias y usos.
Hacia el otro sector ingresamos a la sala del jardín andalusí. Éste representaba el paraíso y para su construcción se daban mano de sistemas de riegos especiales además de la fuente de agua para la purificación.
En la época taifa los baños tuvieron una clara evolución arquitectónica y se visualiza con maqueta, luces y sonidos. Tanto la decoración como la nueva función del baño se aprecian en esta sala.
Fue durante el periodo almohade que se realizaron las últimas ampliaciones y modificaciones de los baños califales. Es un momento para revivir el momento en que se envía a construir y para impactarse con las lucernas en las bóvedas.
En esta última sala nos mostrarán los sistemas que se utilizan para dar vida a los baños califales. Es el sitio desde donde se administra la temperatura correcta para que cada baño cumpla su función cultura.
Todas las salas se separan por columnas y arcos de fuerte estilo mudéjar. Las tuberías originales de cerámica se exponen abiertamente dando fe de la instrucción y capacidad de sus creadores.
Si eligen utilizar los medios de transportes públicos deben optar por los autobuses, líneas 3 y 16.
Se encuentra junto a el Paseo de la Rivera, uno de las avenidas más transitadas en la ciudad.
Una visita a los baños califales no llevará demasiado tiempo y merece la pena conocer un poco más de las culturas que han formado esta maravillosa ciudad.
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
Pulsa en para ampliar el mapa
Viajeros por el Mundo funciona gracias a WordPress