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Desde hace varios años Bambú se dedica a recorrer el mundo gracias a su proyecto como retratista, organizando viajes en los cuales enseña fotografía por todo tipo de destinos. Su proyecto es All These Humans, donde utiliza la fotografía y el vídeo para conectar las miradas de seres humanos distantes, que viven realidades muy distintas, tratando de crear conciencia y animar a las personas a aproximarse a los demás y romper las barreras que nos separan.
Esta es la entrevista que ha sido tan amable de concederme.
Mi nombre es Bambú y vengo de Plutón. He acudido a este planeta para estudiar a la especie humana. Unos curiosos seres capaces de transmitir el amor más puro y de dar su vida por los demás, pero también de acabar en pocas décadas con el lugar en el que viven. Cuento con un cuerpo humano que me ayuda a pasar desapercibido mientras trabajo en mi misión: conectar a la humanidad y concienciarla.
He visitado más de 60 países.
Tengo unos cuantos países preferidos: Nepal, Japón, Birmania, Indonesia, Camboya, India, Islandia, Bolivia… Me es imposible elegir uno, porque depende mucho de para qué. Si fuera para vivir, eligiría Bali. Si fuera para conocer todos sus rincones, probablemente Japón. Para disfrutar de la soledad y el autoconocimiento o escribir un libro, eligiría Islandia. Si tuviera que tener vecinos, me establecería en Nepal, Camboya o Birmania… por el tamaño de sus corazones y sus sinceras sonrisas y miradas. Si fuera para desarrollar mi proyecto como retratista, conectar con mi cuerpo y desarrollar mi espiritualidad, India sería mi elección. Uno de mis proyectos futuros es construir una escuela para niños, y mi plan es hacerlo en Bolivia, un país que conserva una gran parte de su cosmovisión, cultura y tradiciones, con inmensas montañas, selva amazónica y el lago navegable más alto del mundo. Su privilegiada ubicación es para mí un lugar perfecto para tener como base, con buena conexión terrestre al resto de países de Sudamérica, donde pretendo pasar una buena parte de mi vida.
No volvería a Delhi. He pasado momentos difíciles en esa ciudad que me parece dura de visitar. Contaminación acústica y del aire, un buen número de personas estafadoras y desagradables, un tráfico que puede hacerte invertir muchas horas en desplazarte de un lugar a otro… en fin, todo un desafío. Por lo menos pone a prueba la paciencia de uno.
Podría vivir durante mucho tiempo en Bali, pero también me gustaría vivir en Japón o en Bolivia.
Organizo viajes fotográficos en los que llevo a personas a aprender fotografía junto a mí, por tanto muchos de los destinos los elijo pensando en lo que pueden preferir quienes van a viajar conmigo. Me gusta también elegir países nuevos, los que aún no he descubierto, porque suelen ser los que más aprendizaje me tienen reservado.
El mundo para nada es tan peligroso como nos hacen creer. Durante mi tiempo viajando (¡Ya van 4 años!) he aprendido que la mayoría de las personas son buenas y están dispuestas a ayudar. Mi recomendación personal es apagar la televisión y salir a descubrir lo que realmente hay ahí afuera.
Mi afición por viajar comenzó con un viaje en solitario a Camboya. Pocos días después de llegar a Asia, supe que era un lugar en el cual quería pasar mucho tiempo. Conocí a un escritor y una pintora que se dedicaban a viajar como nómadas digitales y pensé… si ellos pueden, con una profesión como es la mía también debiera poder. En cuanto volví a España decidí preparar mi gran viaje durante varios meses hasta que encontré la vía para financiarme mientras viajaba.
Por suerte tengo cuatro hermanos pequeños, lo cual probablemente haya ayudado a que mis padres no me echen tanto de menos. Siempre han apoyado mi decisión de vivir viajando, sabiendo que es una labor con la cual puedo ayudar mucho, tanto a los demás como a mí mismo. A los amigos les veo poco, pero a los mejores siempre encuentro la forma de cruzar caminos año tras año. Ya son unos cuantos los que me han acompañado en lejanos destinos.
Estuve viajando en solitario durante un año. Una forma de viajar con la que se aprende muchísimo y se conoce mucha gente nueva con la que uno conecta. La soledad es una fantástica forma de conocernos a nosotros mismos y a mí personalmente me encanta. Dispongo de más tiempo para leer, escribir, hacer yoga… y por otra parte consigo desarrollar mejor mi labor como fotógrafo, al ser más observador y conectar más con quienes me rodean.
Durante tanto tiempo viajando, es fácil que algunas cosas malas ocurran, pero si nos las tomamos con filosofía pueden resultar siendo las más valiosas lecciones. Me robaron todo el equipo en Bali y un tiempo más adelante me robaron la cámara en Barcelona. Fueron duros golpes de los que conseguí levantarme y seguir con mucha más fuerza. La primera vez que me robaron pensé que mi carrera como fotógrafo iba a detenerse durante un buen tiempo, pero gracias a una actitud positiva y a las personas que me han apoyado, mi vida curiosamente mejoró después del robo. Lo cierto es que a pesar de haber estado en algunos de los barrios más peligrosos de países como México, Venezuela o Colombia, nunca he llegado a sentir verdadero peligro o miedo. Creo que con la experiencia uno aprende a moverse y a saber con quién y por dónde. La intuición puede salvarnos de muchos disgustos.
Algunas de las mejores experiencias de mis viajes han sido en los lugares donde los turistas «ordinarios» no van. Me gusta ir a lugares remotos o barrios locales que no suelen pisar los extranjeros porque suele ser donde tengo las experiencias más auténticas. Mis mejores experiencias las han construido personas, en gran parte de los casos desconocidas.
Hay un enorme número de amigos que mantengo gracias a los viajes. Mi forma de viajar de los últimos tres años, organizando viajes fotográficos, me ha ayudado a conocer a muchas personas con aficiones parecidas y ahora cuento con amigos en casi todas las provincias de España y muchos otros lugares del mundo. He hecho muchísimos más amigos en los últimos 4 años que en toda mi vida anterior.
Hay quienes echan de menos la comida, yo para nada. Siendo vegano, suelo disfrutar mucho más de la comida estando fuera. Echo de menos a los amigos, familia y amores… pero los siento más cerca que muchas de las personas que me rodean. Hoy en día se puede mantener mucho contacto gracias a la cada día mejor conexión a internet. Suelo echar de menos también el tener perros cerca.
All These Humans es un proyecto sobre el ser humano. Utilizamos la fotografía y el vídeo para conectar las miradas de seres humanos distantes que viven realidades muy distintas, tratando de crear conciencia y animar a las personas a aproximarse a los demás y romper las barreras que nos separan. Gracias a las personas que apoyan nuestro proyecto, ya hemos juntado un buen número de fondos que servirán para construir una escuela para niños en algún país de latinoamérica. La idea es comenzar el proyecto en 2021 si todo va bien.
Antes de finalizar me gustaría dejaros el vídeo que Kike Arnaiz hizo para Íñigo, y al que también he tenido el placer de entrevistar en mi blog: Entrevista a Kike Arnaiz.
Os dejo los links donde podéis encontrar más información sobre Bambú y su proyecto All These Humans.
✔ Web
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
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