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La ciudad de Budapest se caracteriza por tener variados y reconocidos cafés históricos. Dar una vuelta paseando por las diversas cafeterías es algo que las personas suelen hacer al visitarla dado que se la conoce por tener algunas de las más bonitas del mundo. Se tratan de cafeterías que datan de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Las cafeterías de Budapest cuentan la historia de una metrópolis que surgió a partir del puesto provinciano abandonado por los otomanos y se convirtió en la capital gemela del Imperio austrohúngaro en cuyas decoradas guaridas literarias floreció la cultura húngara.
La era clásica de los salones de café, llegó con la evolución de Pest como núcleo urbano. Hasta mediados o finales del siglo XIX, la lengua común de Budapest era el alemán. A medida que se iba construyendo Pest, bloque a bloque, los apartamentos reducidos y poco iluminados hicieron que los habitantes decidieran reunirse en otros lugares: en los salones de café. Aquí, la lengua común era el húngaro.
Escritores, artistas y personas influyentes podían estar horas y horas conversando habiendo tomado solamente una taza de café. Los salones de café se convirtieron en foros para el intercambio de ideas, especialmente el Pilvax, en el centro de la ciudad, donde Sándor Petőfi y sus contemporáneos planearon un levantamiento contra el dominio vienés en 1848. Cuando Budapest obtuvo el elevado estatus como capital gemela de la Monarquía Dual, la capital húngara floreció tanto culturalmente como arquitectónicamente.
Se celebraban encuentros editoriales y nacían revistas, en particular, la influyente Nyugat en el salón de café Central, inaugurado en 1887. Prosperaron otras grandes instituciones, algunas de las cuales han sobrevivido hasta nuestros días.
La cultura del café actual se basa en mucho más que en la leyenda literaria. El café, en sí mismo, es un elemento esencial. Kávétársaság («Compañía de café»), en la calle Nádor, abastece a muchas cafeterías new-wave de la ciudad con variedades de café tostado y arábica de calidad. Las cafeterías abundan en el distrito emergente de Újlipótváros, donde los jóvenes profesionales se reúnen en Madal y My Green Cup, y también en la avenida Bartók Béla, en Kelet y en la cafería Hadik, revivida un siglo más tarde.
En Budapest, el concepto pastelería y cafetería se complementan bastante y a menudo, incluso, se fusionan. Muchas cafeterías sirven una enorme selección de deliciosos pasteles y al mismo tiempo, muchas pastelerías tienen un amplio salón para disfrutar de la degustación de sus pasteles, acompañados, de un sabroso café.
Además, las cafeterías se van ampliando cada vez más al punto de llegar a servir también comidas o cenas, la gran mayoría de ellas.
Probablemente, el New York Café (Erzsebet korut 9-11) sea la cafetería más bonita del mundo y no sólo la más preciosa cafetería de Budapest. Data de 1895 (si bien ha tenido sus reformas) y es uno de los más elegantes de la ciudad. Se comenta que estar allí es parecido a estar frente a los salones de Versalles; rodeado de preciosas cúpulas pintadas y arcos, balaustradas o relojes dorados por todas partes, en una decoración rococó sin parangón.
El Gerbeaud está situado en la plaza Vorosmarty, una de las más animadas de Budapest, en el centro de la ciudad y ha sido uno de los más elegantes de la capital de Hungría durante décadas. Data de 1858, es decir, cuenta con más de 150 años de historia. Es el paradigma de la pastelería en Budapest; en verano los clientes destacan su terraza.
También situado en una esquina de la plaza Vorosmarty, Szamos (Vaci utca. 1) es cafetería, pastelería y bombonería, todo a la vez. De hecho, los bombones Szamos se pueden comprar en todo el país. La especialidad de Szamos es el Marzipan, una obra de Matyas Szamo de 1930, a base de mazapán y que adapta una receta medieval.
Es otro de este cafés-pastelería herederos de la tradición austro-húngara. Pero que, como muchos otros, también nos da actualmente la posibilidad de disfrutar de un menú de almuerzo, que podremos disfrutar en la terraza que hay al exterior.
El Lotz Hall (Andrassy ut 39) se encuentra en el piso superior de una librería, la Alexandra Bookcafe. Una decoración que parece más propia de un palacio rococó que de una librería. Las altísimas paredes terminan con un techo de impacto, donde, al igual que el New York Café destacan los múltiples dorados y la decoración al fresco.
En su interior destaca una gran lámpara que se descuelga del techo y que se ornamenta de acuerdo con la decoración del edificio, un elegante piano debe amenizar las veladas vespertinas.
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
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Qué lujosas se ven esas cafeterías, dignas de pasar un buen rato allí. Gracias por la lista.