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El Castillo del Menthon en Saint Bernard a tan solo 12 km al sur de Annecy fue el lugar de nacimiento de Bernardo Menthon, San Bernardo para los esquiadores que lo veneran con idolatría y fe.
Desde el siglo XI la familia Menthon llegó al lugar con gran suerte en los negocios y la política por lo cual obtuvo un poderío feudal destacado en la época. Fue entonces que decidieron construir las tres torres cuadradas bases del imponente Castillo del Menthon de Saint-Bernard. Han pasado diez siglos y sus sucesores continúan viviendo en el mismo, ¿habrá otra cosa más parecida al sentido de pertenencia?
En sus inicios fue el lugar de una familia feudal que había llegado al lugar desde Borgoña. En el siglo XV. Ya en el Renacimiento, las torres se convirtieron en una sede de la Baronía de los Menthon. Fue en esa etapa de barones que se realizaron algunas de sus importantes transformaciones. Se construyeron apartamentos en la caminata redonda alrededor de las torres y la familia hizo una gran inversión en mobiliario.
En el siglo XVIII los Menthon decidieron ampliar el castillo con nuevas habitaciones que se caracterizaban por su amplitud y excelente vista al Lago Annecy. El gran Salón consta de 100 mts. cuadrado con cuatro ventanales desde los cuales se respira la limpieza del lago y la frescura de la naturaleza alpina.
En el siglo XIX, uno de sus integrantes ya había obtenido el título de Conde y tenía gran fascinación por las obras del destacado restaurador cultural Viollet-Le-Duc. Inspirado en sus obras, le dio al Castillo la apariencia con la que hoy podemos encontrarlo. Se levantaron muros, una galería en su patio interior de entramado de madera entre otros.
Ya son más de 20 las generaciones que habitaron el Castillo del Menthon y cada una de ellas agregó su impronta. El resultado, una edificación de ensueños que abre sus puertas en la temporada a los turistas para que por un rato se sientan dentro de un cuento de hadas.
Un dato muy importante es que el Castillo abre sus puertas al público de Mayo a Septiembre. Es un lugar privado y han organizado las visitas en temporada alta para que el mundo entero lo disfrute en sus vacaciones. Lo más asombroso es que, durante estos meses, un grupo de actores se instala en el Castillo y con sus dotes artísticos reviven la vida de siglos pasados. Una obra en vivo imposible de perderse.
Una mansión que no tiene nada que envidiar a las que vemos en el cine, atrapa a sus visitantes con sus 105 habitaciones, una cocina con pasatiempo de 15 metros excavado sobre la roca y una biblioteca que contiene libros del medioevo, la historia de la familia y el castillo en obras que jamás se verán en otro lugar y un oratorio de 1.820.
Los jardines floridos, los de plantas medicinales y el de permacultura, la sala mayor, la habitación de la condesa son solo algunas de las estancias a las que ingresamos en este paseo. En todas te conectas con una parte de la historia, te deleitas con el arte antiguo y quedas impactado con la vista al lago y al exterior. No olvides tu cámara porque no alcanzan los sentidos para resguardar tanta belleza.
En algunos horarios debes ir con paciencia porque suele haber filas de espera para ingresar. Su entrada es económica y las guías muy agradables están a disposición de los interesados en el Castillo. Los menos pacientes deciden pasear por sus alrededores y admirar el monumento desde el exterior, algo que también es imponente, aunque se pierden de todas las benevolencias de sus salas de antaño.
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
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