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Si viajas a Córdoba, una parada obligatoria es el Museo de Bellas Artes, que fue inaugurado en 1862, donde alguna vez estuvo el Hospital de la Caridad. En él podrás encontrar obras de arte relacionadas a la provincia y a artistas locales, lo que hace de éste museo un sitio de interés, no sólo cultural, sino histórico: cada pieza representa un fragmento de la historia de aquella ciudad.
Se encuentra ubicado en la Plaza del Potro y comparte sede con el Museo Julio Romero de Torres. Pinturas de artistas como Pablo de Céspedes o Antonio del Castillo adornan las paredes de las distintas salas. El edificio, declarado “Bien de Interés Cultural”, da cobijo a muestras que van del Siglo XIV en adelante y apunta a la preservación del patrimonio del país.
Nació, oficialmente, el 25 de octubre de 1843, gracias al trabajo de recopilación de libros y obras que llevaron a cabo Ramón Aguilar Fernández de Córdoba, Luis María Ramírez de las Casas-Deza y Diego Monroy Aguilera. Hoy cuenta con algunas actividades didácticas y expositivas para todas las edades, desde talleres hasta conferencias.
Gracias a las donaciones el museo creció significativamente, lo que dio como resultado la creación de una Sección de Arte Moderno durante el Siglo XX. Artistas locales como Julio Romero y Enrique Romero al igual que la Diputación Provincial de Córdoba, hicieron sus aportes para la reconstrucción artística. No fueron los únicos, algunos nombres que resaltan por sus donaciones son Ángel Avilés Merino, Luis Bea Pelayo y Camacho Padilla.
El museo cuenta con seis salas diferentes. En la primera es posible encontrar muestras de corta duración, ya que es la que se dedica a los Dibujos y Estampas, piezas vulnerables a la exposición de la luz y el paso del tiempo. Por lo demás, el museo, idealmente, se recorre primero por la planta alta y termina en la baja, lo que permitirá entender el orden temporal de pinturas y esculturas cordobesas. Durante una hora, podrán caminar los pasillos y salas que dan vida a la historia.
Empezarás en el medioevo y el renacentismo (S. XIV y XVI), pudiendo admirar obras que van desde la “escuela primitiva cordobesa” hasta artistas como Pedro de Córdoba, Pedro Romana y Alejo Fernández. Siguiendo el camino marcado, por la sala III: dedicada al arte manierista, que muestra obras de artistas locales enlazados con el naturalismo (S. XVII). Allí se luce Pablo de Céspedes, Juan de Peñalosa, el Hermano Adriano, Antonio Mohedano y Agustín del Castillo. entre otros.
Ya en la planta baja, la sala IV se dedica al arte barroco, destacándose Antonio del Castillo Saavedra, Juan Valdés Leal, Juan de Alfaro y Gámez, Juan de Mesa y Juan Antonio de Frías Escalante. En la Sala V, la variedad de obras va desde el barroco dieciochesco hasta el realismo de finales de siglo XIX, representadas por José Cobo de Gusmán, Antonio Palomino y Velasco, Pedro Duque Cornejo, Rafael Romero Barros, Rafael Romero de Torres y los hermanos Garnelo y Alda.
Finalmente, llegarás a la sala VI, dedicada al arte del siglo XX: con obras de Mateo Inurria Lainosa, con esculturas que muestran un panorama general de su trayectoria. Lo acompañan artistas como Ruiz Olmos, Juan Serrano, Enrique Moreno y Juan Zafra, en esculturas. Y en pinturas: Julio Romero de Torres, García Guijo, Pedro Bueno y Julia Hidalgo, entre otros.
Enamorado de los viajes y fotógrafo aficionado. Mi pasión es viajar, pero siempre acompañado de mi cámara. Como unión de estas dos cosas nació Viajeros por el Mundo!
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